CENTRO AMÉRICA

Seguimos buscando el norte en aquella angosta franja de Centro América. La carretera se extendía como un cordón umbilical uniendo países. Aquellos senderos que atravesaban la floresta mostraban maravillosos paisajes de montañas y volcanes. 

Esos eran los lindos momentos cuando podíamos hacer comentarios y deleitarnos con los que nos ofrecía la naturaleza. En tierra nicaragüense seguimos disfrutando de aquella sinuosa ruta que mostraba en la lejanía los picos gloriosos de las majestuosas montañas volcánicas del Mombacho y Masaya. Recorríamos el camino sin apuro tratando de conocer y disfrutar todo lo que aquellos pueblos ofrecían. Estuvimos una semana en Managua la capital, donde gozamos las atenciones de su amable gente. Después, partimos hacia Honduras.

Tegucigalpa estaba rodeada de pequeños pueblos como Valle de Ángeles y Santa Lucía, a los que visitamos y disfrutamos.

Llegamos a San Salvador y estábamos hospedados en un cuartel de la policía. Teníamos una literas donde pasar la noche y nos sentíamos cómodos y agradecidos. Manuel dormía en la parte de abajo de una de ellas y Eduardo en la de arriba.

- Brasilero... dijo Eduardo... - deja de moverme la cama.

- Yo no estoy moviendo nada... replicó Manuel.

Comenzaron a discutir y uno de los oficiales se acercó y dijo que eran movimientos telúricos muy usuales en ese tiempo.

En cada país teníamos que ir a la ciudad capital a hacer trámites de visa para entrar al próximo. Cuando llegamos a la frontera de Guatemala, un oficial de aduanas nos dijo que el visado estaba mál hecho y que teníamos que volver a San Salvador para hacerlo arreglar. No podíamos creer que tuviéramos que volver atrás y Manuel con su acento portugués comenzó a discutir con aquel hombre que no nos dejaba pasar.

- Es que tenemos que llegar a México... le decía Manuel... - tenemos qu entregar unas cabezas reducidas de los Jíbaros de mi país a un museo y nos están esperando. Eduardo y yo escuchábamos la conversación y sabíamos que Manuel estaba tratando de negociar algo.

- Muéstreme esas cabeza reducidas que usted dice...

Manuel abrió el cajón de la Indian y con mucho cuidado sacó aquellas Manuel.  El hombre se sentía transportado a otro mundo tocando aquellas cabezas.

- Vio que no le miento... dijo Manuel... - Dos de estas cabezas las donaremos al museo. - Le propongo algo... dijo Manuel... -Le vendo una de estas cabezas

en 200 quetzales si nos deja entrar al país. El hombre no lo pensó dos veces, sacó el dinero y nos selló los pasaportes. Así pudimos entrar a Guatemala.

Marzo 19, de 1965.

Manuel nos acaba de salvar muchos kilómetros negociando una cabeza falsa y además obtuvo un dinero que nos hacía mucha falta. Eso nos enseña que el interés y la ambición del ser humano es más fuerte que la decencia o el honor; que debería ser la base fundamental para un mundo mejor.   

En la ciudad de Guatemala nos dieron hospedaje en una estación del cuerpo de bomberos. Allí en un gran salón, ensayaba un conjunto de marimbas, Este instrumento es similar al xilófono, pero construido totalmente de madera y con una caja de resonancia. La calidad de la madera y el diseño del instrumento logra excelentes y agradables sonidos.

Tanto Manuel, que era compositor de música como yo que era músico aficionado, escuchábamos atónitos los dulce sonidos de aquellos instrumento no muy comunes para nosotros.

Nos quedamos unos días en Guatemala y como siempre, llegó la hora de seguir buscando el norte.     

 

Categorías: Mi Viaje

Comentarios

No hay comentarios

Añadir comentario

Encerrando entre asteriscos convierte el texto en negrita (*palabra*), el subrayado es hecho así: _palabra_.
Smilies normales como :-) y ;-) son convertidos en imágenes.
Direcciones e-mail no serán mostradas y sólo serán utilizadas para notificaciones a través de esa vía

Para prevenir un ataque spam en los comentarios por parte de bots, por favor ingresa la cadena que ves en la imagen mostrada más abajo en la apropiada caja de texto. Tu comentario será aceptado sólo si ambas cadenas son iguales. Por favor, asegúrate que tu navegador soporta y acepta cookies, o tu comentario no podrá ser verificado correctamente.
CAPTCHA