SIEMPRE HAY MÁS DE UNA MANERA

Estaban los estudiantes en una clase de ciencias, donde el profesor, un tipo gordito y con cara de pocos amigos quería que abrieran sus mente y miraran las cosas (como solía decir) desde afuera del cubo. Algunos alumnos, más desganados que otros, seguían aquella clase solamente para poder mantener sus notas, aunque había ciertos de ellos que ponían interés en el aprendizaje. El profesor tenía en su mano un barómetro antiguo que lo movía provocativamente y calmadamente dijo:

- Quiero que me digan la altura de este edificio usando este barómetro.

Al momento, saltó uno de los aburridos diciendo que un barómetro se usaba para medir la presión atmosférica y no para tomar medidas. El profesor, sacando barriga, dijo que esa no era la respuesta y siguió insistiendo de que le dijeran como medir el edificio con el susodicho barómetro. No había escapatoria y las mentes comenzaban a pensar "fuera del cubo" como era la intención del profesor.

- Vamos al piso de arriba, dijo Luis, apoyamos el barómetro en la pared, marcamos el largo y lo vamos moviendo hacia abajo contando la cantidad de barómetros, luego medimos el barómetro y multiplicamos su medida por las veces que lo movimos hacia abajo. Eso nos dará el alto del edificio usando el barómetro.     

- Muy bien Luis por haber usado tu mente, pero quiero que sigan pensando en maneras diferentes.

- Otra manera, sugirió  Andrés, es in al techo atar el barómetro en la punta de una larga cuerda y dejarlo ir hacia abajo hasta que este llegue al piso. Hacer un nudo en la cuerda, recogerla y medir su largo.

- Otra buena idea Andrés... dijo el profesor. ¿Alguna otra sugerencia?

Anfuso que era uno de los más inteligentes, calmadamente sugirió ir al techo, tomar un cronómetros, tirar el barómetro y midiendo el tiempo de caída con una simple operación matemática se podía saber el alto de edificio. Otra vez el profesor aceptó la idea, pero siguió insistiendo.

Roberto se paró y dijo: - Esperamos un día soleado, llevamos el barómetro afuera, lo paramos para que proyecte sombra. Medimos la sombra del barómetro y la del edificio y calculando la proporción sabremos la altura del mismo. Como aquel profesor seguía insistiendo, Mario con su habitual desparpajo dijo: -Tomamos el barómetro, bajamos al sótano donde vive en gerente del edificio y le decimos: le regalo este hermoso barómetro si me dice cuánto mide de alto este edificio.    

Entre risas se terminó aquella clase que sin dudas había dejado una enseñanza positiva.

Nunca pienses que hay una sola manera de resolver un problema.  

Categorías: Cuentos

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  • BobbyNutle  
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