DECISIONES:

Rebeca era la hermosa hija de la familia Levitz, de origen judío y que vivían en Carrasco, un barrio de personas pudientes en la ciudad de Montevideo. Al lado de su casa vivía Rodrigo, un muchacho criado por su abuela por haber perdido a sus padres a corta edad.

Rebeca y Rodrigo, eran amigos desde siempre, ya que se criaron juntos, jugaban de niños y hasta fueron juntos a la universidad. No se podía negar que los dos se gustaban aunque los padres de ella se oponían a que su hija se casara con un cristiano, y menos con Rodrigo que había optado por estar a la moda de los hippies, con cabello largo, ropa demasiado sport, sandalias hasta en pleno invierno y un protestador constante por la paz del mundo. Quería ser periodista y algunas veces le publicaban artículos políticos denunciando cualquier irregularidad del gobierno de turno sin temor a las consecuencias y basado en el derecho a la libre expresión. Los padres de Rebeca, lo habían bautizado como "defensor de las causas perdidas" cosa que molestaba a su hija, pero sin poder decir o salir demasiado en la defensa de Rodrigo. Sus padres eran extremadamente estrictos e infundían un respeto casi anormal en su hija que era demasiado pacífica y tranquila para protestar por lo que ella consideraría justo.

La costumbre de la familia Levitz era que los padres debían de hacer las decisiones de con quienes se deberían casar sus hijas les gustase a ellas o no. Era una actitud fuerte y que se llevaba a cabo por muchas generaciones.

Llegó el día que Rodrigo se le declaró a Rebeca y quería que ella le diera el consentimiento de ir a hablar con sus padres para comenzar un noviazgo. Rebeca estaba perdidamente enamorada de Rodrigo, pero bien sabía que sus padres no estarían de acuerdo con lo que Rodrigo les iba a proponer. Los encuentros se hacían a escondidas, lo que molestaba bastante a Rodrigo, que con su pensamiento de libertad de expresión de la que tanto mencionaba en sus escritos, no veía el porqué esconder sus sentimientos.

El tiempo siguió pasando y Rodrigo había llegado a ser un periodista famoso que mantenía su apariencia hippy y modesta sin preocuparse del famoso "que dirán". Ganaba muy buen dinero escribiendo para periódicos grandes y hasta lo hacía en el idioma inglés que dominaba en artículos que se distribuían internacionalmente.

Frente a la insistencia de Rodrigo, Rebeca les dijo a los padres que iba a invitar a un muchacho que a ella le gustaba y quería que lo conocieran, sin mencionar el nombre de Rodrigo al que le negarían la entrada o la oportunidad de hablar de una relación con su hija. La noche que apareció Rodrigo en casa de los Levit'z, aunque llegó mejor vestido que nunca, afeitado y elegante, los padres de Rebeca se sintieron hasta traicionados por su hija cosa que no iban a permitir. Rodrigo saludó cortésmente, y cuando comenzó a hablar, el padre de Rebeca lo cortó en seco, diciéndole que ellos tomarían decisiones por su hija y que se sacara de la cabeza un futuro con ella. Rodrigo se fue enfadado por la discriminación que le hacían y Rebeca lloró su desgracia y hasta dejó los estudios que tanto amaba.

Había pasado el tiempo, y los padres casi le inculcaron a su hija una relación con David, un muchacho de familia judía, que según ellos llenaban sus aspiraciones y tenían que llenar también aunque fuera a la fuerza, las de su hija. Comenzaron un noviazgo que se extendió por un año y David de a poco enamoró con su labia a Rebeca y la sedujo al punto de convencerla a hacer el amor. La aventura terminó, cuando Rebeca le confesó a David que estaba embarazada y él se negaba a que tuviera su hijo, incitándola a que abortara. Rebeca se sintió acorralada y al único que podía recurrir era a Rodrigo que jamás había dejado de amarla. Cuando le confesó su pecado a Rodrigo, este, que era todo comprensión le pidió que huyera con él y que estaba dispuesto a casarse y reconocer a ese hijo que no era suyo.  Rebeca sin pensarlo mucho y por miedo a tener que matar al hijo que llevaba adentro, aceptó el consejo de Rodrigo y le juró amor eterno. Los dos se fugaron de los Levitz y se fueron a vivir fuera de la capital desde donde Rodrigo seguiría escribiendo y ganando el dinero necesario para poder vivir él y la familia que pensaba formar. A los pocos meses se casaron por civil y al nacer el hijo, formaron una nueva familia. Rebeca, que había sido una buena hija, se comunicó con sus padres que al saber que se había ido a vivir con Rodrigo, no querían saber ya nada de ella. Sus padres eran abuelos de su única hija y quisieron conocer a su nieto. Lógicamente, ellos no sabían nada de lo que había sucedido con David, el novio impuesto por ellos casi a la fuerza, y Rebeca nunca les había contado. El nieto había salido pelirrojo como David y eso fue lo que hizo que la madre de Rebeca desconfiara y le comenzó a hacer preguntas a su hija. Ella le confesó lo que no podía esconder y sus padres tuvieron que aceptar su gran error y comenzar a querer al que hacía feliz a su hija.

Recién se habían dado cuenta, que las decisiones las tienen que tomar cada uno, así no sean bien vistas por terceros.

Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender.

Françoise Sagan (1935-2004) Escritora francesa.

 

Categorías: Cuentos

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  • BobbyNutle  
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