EL SUICIDA
El hombre sufriendo sus penas inmensas
depresión de mente que su cuerpo anida
no encuentra el camino... su senda perdida
cansancio de esfuerzos marcaron sus horas
pensamientos vagos de un tiempo que añora
cree que no tiene ya valor la vida.
Pulula sin rumbo... sin sentir la brisa
no mira ni escucha y en su voz sumido
sigue el desespero del que está perdido
buscando la forma de acabar con todo
revolcado en ira... sumergido en lodo
y sin esperanza que le dé un sentido.
Tiene su autoestima hundida en pesares
no tiene familia ni por quien vivir
y en su pensamiento puede presentir
que el mejor camino lo tiene en sus manos
pasando a otra vida... confines lejanos
soluciona todo con solo morir.
Asombrado escucha una voz muy fuerte
que le grita cosas que él nunca ha pensado
en sus frustraciones por lo no logrado
escondido siempre en su gran guarida
no ha sabido nunca disfrutar la vida
ni las cosas simples que están a su lado.
Jamás miro el río ni el mar con sus olas
ni la luna misma ni estrellas ni cielo
y pasó su vida sin afán ni anhelo
sumergido siempre en sus propios males
que se convirtieron en armas letales
y en interminables noches de desvelo.
Girando su vista divisó extasiado
de la vida misma todo lo perdido
y encontrando entonces un nuevo sentido
comprendió extasiado que ya no sufría
pues su frágil mente se fortalecía
encontrando esencia en lo no vivido.
Disfrutó la luna... el cielo... la rosa
aprendió del viento... del sol... del ocaso
y con nueva fuerza y con nuevo paso
salió de sus penas... venció sufrimientos
que a su nuevo yo... pusieron cimientos
y a la vida misma sumió en un abrazo.
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